El primer intento que se conoce para administrar un fármaco por vía intravenosa data del año 1492.
Pero no fue hasta el s.XVII cuando esta técnica cobró fuerza y apareció el primer dispositivo de infusión intravenosa inventado por el científico y arquitecto Christopher Wren en 1658.
Como todo nuevo inventó tuvo sus infusiones y transfusiones exitosas pero dio lugar a muertes, por lo que el estudio de la administración por vía intravenosa se detuvo durante más de cien años.
A principios del s. XIX, las primeras bombas de infusión fueron creadas para ayudar a controlar la velocidad de flujo en los procesos intravenosos.
A lo largo del s.XX la medicina ha visto grandes avances en las bombas de infusión intravenosa.
Durante la década de los 70, Dean Kamen creó la bomba de infusión portátil. Además de ser portátil, la Bomba Kamen administró dosis precisas a intervalos regulares cronometrados automáticamente.
Hoy en día las bombas de infusión se encuentran en cualquier hospital y en muchas plantas son imprescindibles.
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